domingo, 20 de marzo de 2011

LA EXCELENCIA

Muchas veces escondemos nuestra mediocridad en el servicio a Dios, con nuestras limitaciones. Ponemos las típicas excusas: No soy capaz, no puedo, no tengo habilidad, tengo poco talento, no tengo recursos, no tengo dinero, soy un niño.
Dios ha puesto en cada uno de nosotros talentos y dones espirituales, que deben estar a disposición del reino, y para la gloria de Dios. Pero, hay muchos que esconden sus dones y talentos, en estas excusas.
Así, como el deportista entrena duro para llegar lejos, así, un adorador, debe entrenar duro, en oración, en la palabra, y en perfeccionar su talento, pues el servicio a Dios debe ser con EXCELENCIA.
No importa cual es tu llamado. Si estás llamado a ser profeta a las naciones, o simplemente un barrendero. No importa cual sea tu labor. Lo que sí importa, es que, todo lo que hagas lo debes hacer de tal manera, que la EXCELENCIA sea tu lema.

Escogí esta hermosa reflexión, del libro: EL BESO DEL CIELO, de DARLENE ZSCHECH.

SI UN HOMBRE ES LLAMADO A SER BARRENDERO, DEBE BARRER LAS CALLES AUN DE LA MISMA MANERA EN QUE MIGUEL ANGEL PINTABA, EN QUE BEETHOVEN COMPONÍA MÚSICA, O EN QUE SHAKESPEARE ESCRIBÍA POESÍA. DEBERÁ BARRER LAS CALLES TAN BIEN, QUE TODO EL CIELO Y LA TIERRA SE DETENGAN A DECIR:
"AQUÍ VIVIÓ UN GRAN BARRENDERO, QUE HIZO BIEN SU TRABAJO"

No importa lo que hagas, importa como lo hagas. Si lo haces con excelencia, estarás honrando a Dios con lo mejor de tu vida. Esta es la clave de un verdadero adorador: Honrar a Dios con excelencia, pues Dios honra a los que le honran.